Te ví sentado a mi lado, tomando un whisky, y me puse a temblar. Todo era tan extraño: Te tenía, te hablaba, te acariciaba pero me apagaba la idea de no poder besarte.
Nunca entendiste demasiado bien cuando te decía "Me gustas demasiado". Siempre evadiste todo con una risa estúpida, porque vos sos un ser estúpido.
Te odio, te odio, te amo, y te vuelvo a odiar.
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