Sábado a la medianoche: "Estoy abajo".
Era él, aunque aún no termino de caer, era él el que estaba esperándome en la puerta del edificio de diagonal 78 para subir a tomar algo.
El mismo que tantas veces me hizo llorar, me ignoró y me llevó al límite, ahora iba a pisar mi hogar, iba a sentarse en mis sillas, iba a mirar el cielo desde el mismo balcón que lo hago yo todas las noches.
Tomamos dos cervezas, escuchamos Cerati y otros grandes del rock nacional, hablamos de la vida como nunca antes. Si alguien hubiera llegado a matarme después de ese día, iba a morir feliz.
Después de dos horas fuimos a dormir, al ritmo de Charada de Babasonicos volvi a ser suya otra vez. Una noche más para saber que nunca voy a poder olvidarme de él. Que nuestros cuerpos siempre volverán a buscarse.
Que romántica... disfruta, se dulce, comprensiva, quiérete para que el aprenda a quererte. Te sigo.
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